domingo, 8 de diciembre de 2013

Sin salida

Hay una pregunta que me ronda la cabeza desde hace un tiempo y a la que aún no he dado respuesta: ¿el ser humano es altruista por naturaleza? Se supone que está demostrado que sí lo es pero, como siempre, para mí no es suficiente. Aunque puede que simplemente sea mi afán por llevar la contraria lo que me hace creer que no es así.

La mayoría de las personas se enfrentan al siguiente conflicto: cómo hacer que sus hechos acompañen sus "principios" sin salir perjudicados por el camino. Para mí, como siempre, la cosa sucede al revés. Cómo hacer que el altruismo de los actos venza una mente egoísta... ¿por naturaleza?

¿En base a qué se nos debe juzgar, nuestros pensamientos o nuestros actos? Se supone que los segundos son el reflejo de los primeros pero, ¿es siempre así?

Somos los únicos que tenemos control sobre nuestra mente, nadie puede llegar hasta ahí. Eso es lo que nos hace libres y también lo que nos hace prisioneros. ¿Cómo salir de una cárcel cuyos barrotes están hechos de ti sin destruirte por el camino? Si nadie excepto tú conoce el punto exacto en el que algo falla, si tan siquiera tú... 

¿Cuál es el precio por la libertad absoluta y el altruismo puro?


miércoles, 13 de noviembre de 2013

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Nuevo día. El miedo se niega a salir de entre mis sábanas. Me aturde. No puedo pensar. Ni siquiera soy capaz de mover un solo músculo. De cualquier forma sería incapaz de coordinarme. Intento engañarle. Vuelvo a engañarme. Salgo a rastras. Otro día que no me pertenece. Una extraña frente al espejo.

Nueva noche. El miedo sigue en mi cama. El mundo aún tan lejos. Remoloneo. Ni siquiera tengo fuerzas. Me meto y me acurruco junto a él. Volvemos a ser uno. 

Quizá mañana.
 



miércoles, 15 de mayo de 2013

Rompeolas

No buscaba nada del otro mundo: un poco de paz, algo de música (quizás rock) y un lugar que no le trajera recuerdos amargos. Las personas la aturdían, son como ese zumbido que se mete por un oído hasta llegar a la cabeza para quedarse allí a vivir hasta que decide que ya es suficiente. Pero parecía imposible. No podía salir de la ciudad ni tampoco de su cuerpo. Decidió salir de la vida. Murió unas cuantas veces y con cada despertar se reconstruyó. Poco a poco las heridas parecían cerrarse pero entonces volvía el zumbido y la sangre salía a borbotones; solo eran parches. Al comienzo de su séptimo despertar decidió romper con los parches y con todo; cansada de reconstruirse, se reinventó. Forzó los engranajes de su cuerpo y de su alma y recolocó hasta el mínimo recoveco que quedaba en ella. Cuando terminó, no quedaba nada de lo que había sido. Desde lo más profundo de su ser salió un suspiro como el del artista que acaba de realizar su mejor obra. El siguiente suspiro se llevó consigo su última vida.

Tras el imparable rugir de las olas contra las rocas, el mar volvió a la calma. La espuma desapareció sin dejar rastro.

miércoles, 23 de enero de 2013

A la luz del silencio


Silencios hechos para estar vacíos que se llenan hasta rebosar de palabras. Debería bastar con cualquier "algo" sincero que demuestre que es verdadero, algo que no esté hecho para ser contado, que retumbe en cada pared y nos de escalofríos por todo el cuerpo. Que esté hecho para merecer la pena. Pero nos encanta el ruido, porque lo que no se cuenta, no se vive.
El lado bueno de las cosas... no está en lo que se ve, en lo que se dice, sino en lo que se siente. Pero cómo van a tener cabida los sentimientos cuando las palabras ocupan todo el espacio, cuando no hay sitio para lo realmente importante. La urgencia de las palabras hace arder todo lo que las rodea y lo convierte en polvo. Un polvo que domina nuestra vida y que se convierte en los fuegos artificiales y en la pólvora de cada bala que atraviesa aire, paredes y, por descontado, corazones. Me gustaría que por una vez solo hubiera silencios vacíos que no se llenasen con nada más que más y más y más silencio. SILENCIO. Shhhh.  Impenetrable. Duradero. Que no se lo lleve el viento ni tampoco el olvido. Porque ya no queda nada por decir. Y porque a buen entendedor...