sábado, 30 de junio de 2012

Making memories

Una vez le preguntaron a Lewis Hain, un fotógrafo de guerra, por qué había elegido esa profesión. Él contestó que si pudiese contar con palabras todo lo que veía, no necesitaría cargar todo el día con una cámara de fotos, que ciertos momentos de belleza, de desolación, de horror y de heroísmo... estaban más allá de las palabras.



Yo también lo creo.

sábado, 23 de junio de 2012

La diferencia que marca un día

"Hoy comienza mi vida. Toda mi vida he sido solo… un pedante; hoy seré un hombre, hoy seré marido. Hoy empezaré a contar para alguien más que para mí, hoy contaré para ti, para nuestro futuro, para las oportunidades que el matrimonio nos ofrezca. Juntos, pase lo que pase, estaré dispuesto a lo que sea, a todo. A aceptar la vida, a aceptar el amor, a aceptar las responsabilidades y las posibilidades. Hoy, Izzie… empieza nuestra vida juntos. Y estoy deseándolo."
                                                                                                                                       
                                                                                                                              Alex Karev




"Nunca sabes que el día más importante de tu vida es el más importante hasta que lo vives. No reconoces el día más importante de tu vida, hasta que estás dentro de él. El día que te entregas a algo... o a alguien. El día en que te rompen el corazón. El día que conoces a tu alma gemela. El día en que te das cuenta de que no hay casi tiempo, porque quieres vivir para siempre.
Esos son los días mas perfectos."
                                                                                                                                         
                                                                                                                                Izzie Stevens

miércoles, 20 de junio de 2012

Jugando a no saber

¡Preparados, listos, ya! Eso es lo que me gustaría gritarle al mundo para que reaccionara de una vez por todas. Al fin y al cabo, la vida es -o hacemos que sea- una carrera contínua, como si siempre llegáramos tarde a algún sitio, como si nos faltara el aire. Somos incapaces de pararnos, simplemente mirar, y decidir si realmente estamos yendo a donde queremos ir, o si únicamente seguimos la corriente, porque al fin y al cabo, ¿para qué vas a hacer otra cosa? Si te van a caer golpes por todas partes. Lo mejor es aprenderte de memoria el papel que te toca vivir en la vida de las personas y simplemente actuar como tal, como un actor que se ha convertido en un mero personaje, que se ha aprendido tan bien el guión que se lo ha acabado creyendo. Y ahí está el problema. En mentir tanto y tantas veces que acabamos creyéndonos hasta nuestras propias mentiras, vamos, eso de "una mentira dicha muchas veces se convierte en una verdad". Es como jugar a un juego en el que el más ignorante, gana. Y todo el mundo quiere ganar. Porque el premio es ser feliz, de eso se trata, ¿no? De saber menos para ser más feliz. Aunque quizás el problema no sean los golpes, ni las mentiras, sino el simple hecho de que no estamos preparados para oir la verdad,  para cambiar las cosas. A lo mejor, lo que nos da miedo no es el camino, sino el resultado. Admitámoslo, más vale malo conocido que bueno por conocer. Pero, ¿hasta qué punto? ¿Cuándo lo malo es tan malo como para que dé igual todo lo que pueda venir tras el cambio? ¿Cómo sabes cuándo demasiado es demasiado? Supongo que no es una ciencia exacta, que simplemente lo sientes y ya está, como si cruzaras una línea y ya no pudieras volver atrás. Un punto de no-retorno. Creo que he llegado a ese punto de no-retorno, al mío, claro, no para todos es el mismo. Y supongo que es por eso por lo que ya no me aguanto ni a mí misma. Todo va unido a la inocencia o, más bien, a la ignorancia, al menos es a la conclusión a la que he llegado yo. Siempre he pensado en la ignorancia como en algo negativo, como algo de tontos. Pero, pss, la ignorancia te libra de mucha mierda. Cuanto más sé, más asco me da todo. Cuanto más sé, más ignorante quiero ser. Es hipócrita, pero cada vez me convenzo más de que ser diferente no lleva a ningún lado, y aún así, lo que me gustaría es que hubiera más gente diferente. Inconformista. Preparada para los golpes y para el cambio. Para el camino y para el resultado. Gente que al llegar al punto de no-retorno no eche la vista hacia atrás y se lamente, sino que mire hacia el frente y diga: este es el momento. Y entonces, simplemente, las cosas empezarían a cambiar poco a poco... 
Entonces, empezaría a creerme un poco más eso de que esto merece la pena. 

jueves, 14 de junio de 2012

Geeeeeeeeetting crazy !

LLegados a este punto, podemos admitir que vivimos en un mundo completamente loco y absurdo. Aunque, si os soy sincera, no creo que la solución  sea cambiar el mundo, más bien lo que hace falta es gente completamente -o, en su defecto, lo suficientemente- loca y absurda dispuesta a vivir en él.

+ Yo, me declaro vividora. Me declaro capaz. Me declaro absurda y loca... (al menos lo suficiente).

domingo, 10 de junio de 2012

Con-venciendo

No se trata de vencer imponiendo. Se trata de hacerlo convenciendo. De tener la capacidad de hacer ver que tu opción es la correcta, sin recurrir a la imposición, la violencia o las extorsiones. Esa es la madera de la que está hecha un buen líder. De pequeños siempre elegíamos como delegado al graciosillo de la clase, nunca al empollón, o al más responsable. De mayores, camuflado en algo conocido como "elecciones", sucede exactamente lo mismo. No digo que los candidatos a la presidencia sean unos graciosillos, no, de mayores la palabra "gracioso" se convierte en palabras mucho más fuertes y determinantes. Las palabras "hipócrita", "mentiroso" o cualquier otra de ese calibre flotan constantemente en el aire del día a día. Es lo que respiramos y con lo que nos formamos cada día. Luego queremos que de las nuevas generaciones salga gente inetligente y con estudios, y no me refiero solo a los académicos, sino a la educación en sí de la persona. La base de una buena educación es abrir todas las puertas posibles, razonarlas desde la voz de la experiencia, y dejar a la inocencia que sea la que decida. Es muy fácil decirle a una persona que lo que él cree está mal, pero, eh, ¿acaso tú le has dado una opción mejor? No vale tachar de incorrecto lo de tu alrededor, sino das más opciones que, a tu parecer, son correctas. Vivimos una época de recortes, recortes económicos aquí y allá, pero también recortes intelectuales. Cortamos las alas a aquellos que tienen el valor de hacerse escuchar por encima del resto, les etiquetamos con términos despectivos y les juzgamos por cómo visten y no por cómo piensan. Esa es la sociedad en la que vivimos. Y ahora, mi pregunta es, ¿hay un responsable? Y en el caso de que lo haya, ¿quién es? Volviendo a lo que he dicho al principio, el delegado de la clase era elegido por la gran mayoría de la clase, pero a medida que avanzábamos en el curso, eran más las quejas de los compañeros porque no se hacían las cosas bien, porque no se organizaban bien las excursiones, porque las cosas no salían como queríamos. Y así, hasta hoy. Hasta esa cosa llamada "elecciones". Todos nos quejamos de que los gobertantes no gobiernan bien, de que los representantes, en realidad, no nos representan. Una "mayoría absoluta" elige al líder, pero luego, al cabo de un tiempo, parece que la palabra absoluta se transforma en relativa. Que ya no convence tanto. Y sin embargo, ahí sigue, haciendo y deshaciendo a su antojo. Porque parece que levantar la voz es algo prohíbido. Y lo que yo digo es, ¿esto se nos ha impuesto, o lo hemos elegido? Es una pregunta difícil, pensaréis. A mí no me lo parece tanto. Es cierto que ciertas cosas se nos imponen sin poder hacer nada al respecto, pero la gran mayoría son elección nuestra. Al fin y al cabo, si no nos representan es, porque nosotros mismos, no nos representamos ni  tan siquiera la mitad de las veces.

Y solo me queda por decir una cosa, los recortes en educación no recortan tu capacidad de pensar, de educarte como persona y como ciudadano. Recuerda, al delegado de la clase lo elegías tú.

lunes, 4 de junio de 2012

Musicalmente hablando

La buena música es como el buen vino. Mejora con los años. Si quieres saber si una canción realmente vale la pena, escúchala unos cuantos años más tarde, cierra los ojos, e intenta ver si te haces sentir lo mismo que antaño. "Deseo de ser punk" es el ibro que me estoy leyendo ahora. La protagonista tiene 16 años, y vive en un caos continuo con el mundo y consigo misma. Lo que quiere es encontrar su música, para encontrarse a ella también. Como si la música fuera lo que la define. Y para ella, esa música tiene que tener un código. Como las personas. Yo también lo creo. Cuando una persona tiene un código, lo ves, lo sientes, es como una aureola invisible que le rodea constantemente, y no le abandona. Con la música sucede exactamente lo mismo. De hecho, me atrevería a decir que van íntimamente ligados. El ochenta por ciento del código de una persona es su música. Bueno, puede que lo haya exagerado un poco, los libros que lee también definen a una persona, la gente con que se mueve y todo eso, pero es que la música es diferente. "La música amansa a las fieras", dicen. Tengo la sensación de que si la gente, de vez en cuando, se callara y simplemente escuchara la música, viviríamos en un mundo menos ruidoso, en todos los sentidos en los que seas capaz de interpretar la palabra "ruído". La música dice mucho más que un montón de palabras quieriendo aparentar. La música es... bueno, un código universal. No entiende de fronteras, ni de política, ni mucho menos de prejuicios. A veces pienso que la música es lo único que no me podrán quitar jamás. Lo único que será capaz de salvar este mundo caótico. Porque mucho peor que una crisis económica, sería una crisis musical.

"La gente a menudo se queja de que la música es demasiado ambigua, que los pensamientos que suscita son poco claros, mientras que todo el mundo entiende las palabras. En mi caso, sucede exactamente lo contrario, y no sólo respecto a un discurso entero, sino también con las palabras individuales. Estas, también, me parecen tan ambiguas, tan imprecisas, tan fácilmente malinterpretadas en comparación con la auténtica música, que llena el alma de mil cosas mejores que las palabras. Los pensamientos que me expresan por la música que me gusta no son demasiado indefinidos para expresarse con palabras, sino por el contrario, demasiado definidos."
                                             Felix Mendelsshon


sábado, 2 de junio de 2012

Los del 96

A las nuevas generaciones. A esas que veo por la calle con la insignia de Jesuitinas en el pantalón del chandal, o en la camiseta, justo donde está el corazón. Que no puedo evitar sonreír al verlo. Solo deciros que ese escudo, que lleváis grabado en la camiseta, en el corazón, más tarde seguirá estando ahí, aun muchos años después, y a pesar de las muchas generaciones que vengan. Solo deciros que será un colegio que os verá crecer, madurar. Que os enseñará a querer y también os demostrará que la vida no son solo sonrisas. Solo deciros que vais a conocer a gente de la cual os acabaréis olvidando, pero que también vais a conocer a gente que os acompañará a lo largo del camino, que serán lo más importante y no os dejarán. 

Hace ya tres años que abandoné esa gran casa. Dentro de 22 días acabo la ESO, y parte de mi corazón, de mi vida, sigue estando en ese escudo. Es como si fuera una doble despedida. Mi generación. La del 96. Se acaba. Y nunca pensé que, después de todo, después de tanto tanto dolor, lo recordaría con tanta añoranza, pero así es. Porque los recuerdos pesan. Hasta el punto de llorar, sin saber muy bien por qué. Quizás tristeza, o alegría, qué se yo. Lo único que sé es, que lo que lo que me ha dado Jesuitinas no me lo ha dado nada más. Y su gente, mi gente, siempre estará ahí.

También deciros que aprovechéis esos años en el colegio, esos años que son tan personales e inolvidables. Que a los profesores, aunque les odiéis, porque les odiaréis, les vais a coger un cariño inimaginable, y que al cabo de un tiempo, cuando estéis en el instituto os acordaréis de ellos y pensaréis en todo lo que os han enseñado. Disfrutad de las horas de lectura en la biblioteca, yo lo supe hacer bien. De los recreos, de las excursiones, de las fiestas (porque no las hay mejores) y llorad con el paso de la antorcha. Id a los campamentos de alcor, saltad las gradas de dos en dos hasta caeros, jugad en los 3x3. Disfrutad cada segundo allí, porque será todo lo que os quede y lo que os formará.



















Pero sobretodo deciros que, pase lo que pase, siempre será un lugar al cual estaréis ligados eternamente, y que allí, siempre tendréis una casa.