¡Preparados, listos, ya! Eso es lo que me gustaría gritarle al mundo para que reaccionara de una vez por todas. Al fin y al cabo, la vida es -o hacemos que sea- una carrera contínua, como si siempre llegáramos tarde a algún sitio, como si nos faltara el aire. Somos incapaces de pararnos, simplemente mirar, y decidir si realmente estamos yendo a donde queremos ir, o si únicamente seguimos la corriente, porque al fin y al cabo, ¿para qué vas a hacer otra cosa? Si te van a caer golpes por todas partes. Lo mejor es aprenderte de memoria el papel que te toca vivir en la vida de las personas y simplemente actuar como tal, como un actor que se ha convertido en un mero personaje, que se ha aprendido tan bien el guión que se lo ha acabado creyendo. Y ahí está el problema. En mentir tanto y tantas veces que acabamos creyéndonos hasta nuestras propias mentiras, vamos, eso de "una mentira dicha muchas veces se convierte en una verdad". Es como jugar a un juego en el que el más ignorante, gana. Y todo el mundo quiere ganar. Porque el premio es ser feliz, de eso se trata, ¿no? De saber menos para ser más feliz. Aunque quizás el problema no sean los golpes, ni las mentiras, sino el simple hecho de que no estamos preparados para oir la verdad, para cambiar las cosas. A lo mejor, lo que nos da miedo no es el camino, sino el resultado. Admitámoslo, más vale malo conocido que bueno por conocer. Pero, ¿hasta qué punto? ¿Cuándo lo malo es tan malo como para que dé igual todo lo que pueda venir tras el cambio? ¿Cómo sabes cuándo demasiado es demasiado? Supongo que no es una ciencia exacta, que simplemente lo sientes y ya está, como si cruzaras una línea y ya no pudieras volver atrás. Un punto de no-retorno. Creo que he llegado a ese punto de no-retorno, al mío, claro, no para todos es el mismo. Y supongo que es por eso por lo que ya no me aguanto ni a mí misma. Todo va unido a la inocencia o, más bien, a la ignorancia, al menos es a la conclusión a la que he llegado yo. Siempre he pensado en la ignorancia como en algo negativo, como algo de tontos. Pero, pss, la ignorancia te libra de mucha mierda. Cuanto más sé, más asco me da todo. Cuanto más sé, más ignorante quiero ser. Es hipócrita, pero cada vez me convenzo más de que ser diferente no lleva a ningún lado, y aún así, lo que me gustaría es que hubiera más gente diferente. Inconformista. Preparada para los golpes y para el cambio. Para el camino y para el resultado. Gente que al llegar al punto de no-retorno no eche la vista hacia atrás y se lamente, sino que mire hacia el frente y diga: este es el momento. Y entonces, simplemente, las cosas empezarían a cambiar poco a poco...
Entonces, empezaría a creerme un poco más eso de que esto merece la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario